Maximilian Weber (21 de abril 1864 - 14 de junio 1920) fue un economista, contador, político y sociólogo alemán, considerado uno de los fundadores del estudio moderno, antipositivista, de la sociología y la administración pública. Debido a la vida pública de su padre, Weber creció en un ambiente familiar inmerso en la política, y su hogar recibió la visita de prominentes académicos y figuras públicas. Al mismo tiempo, Weber demostró ser intelectualmente precoz.
Weber al hablar sobre la sociedad, se centra en el proceso de burocratización necesario para ganar eficacia y eficiencia. Define la burocracia como un instrumento de dominio social que esclaviza al hombre en cuanto a la imposibilidad de actuar a criterio propio, con libertad, siendo obligado a realizar las cosas como están establecidas, es decir, qué quiero hacer y qué tengo que hacer para conseguirlo. A esto es a lo que él denomina la racionalización basada en la autoridad legal que domina al individuo. El llamado “papeleo” esclaviza a la sociedad en cuanto a que el individuo no puede hacer nada libremente sin seguir unas normas, unas pautas establecidas en la sociedad.
Weber veía la democracia como una forma de liderazgo carismático donde la "demagogia imponía su deseo sobre las masas". Por esta razón, la izquierda europea es muy crítica con Weber.
Weber trató de encontrar razones que justificaran la diferencia entre el proceso de desarrollo de las culturas Occidental y Oriental. Sus tres ideas principales eran:
· El efecto de las ideas religiosas en las actividades económicas
· La relación entre estratificación social e ideas religiosas
· Las características singulares de la civilización occidental.
En La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo, Max Weber presenta la tesis de que la ética y las ideas puritanas influyeron en el desarrollo del capitalismo. La devoción religiosa es usualmente acompañada de rechazo a los asuntos mundanos, incluyendo la búsqueda de una mejor posición económica. ¿Por qué no es éste el caso del protestantismo? Weber se refiere a esta paradoja en un ensayo que definitivamente no logró captar las expectativas de los lectores.
Define al "espíritu del capitalismo" como las ideas y hábitos que favorecen la búsqueda racional de ganancias económicas, que supone Una actitud presente en los individuos ya que también hay que tomar en cuenta que estos individuos – empresarios heroicos, como él los llama – no podrían, por sí solos, establecer un nuevo orden económico (capitalismo).
Según Weber, el confucianismo y el puritanismo representan dos tipos de racionalización exhaustivos pero mutuamente exclusivos, que tratan de ordenar la existencia humana de acuerdo a ciertas creencias religiosas. Ambos favorecían la sobriedad y el autocontrol, siendo compatibles con la acumulación de riquezas. Sin embargo, el objetivo del confucianismo era lograr y preservar una posición de status, empleándolo como medio para una adaptación al mundo, educación, autoperfección, buenas maneras y piedad familiar. El puritanismo utilizaba dichos medios para crear una herramienta de Dios. Esta intensidad de creencia y entusiasmo de acción eran ajenas a los valores estéticos del confucianismo. Así, Weber afirma que fue la diferencia en la mentalidad lo que contribuyó al desarrollo del capitalismo en Occidente y su ausencia en China.
Sociología de las políticas y gobierno. El ensayo más significativo sobre este tema revela la definición de estado que se ha convertido tan importante en el pensamiento social occidental en la que el estado es la entidad que posee el monopolio sobre el legítimo uso de la fuerza física. La política se debe entender como cualquier actividad a la que puede dedicarse el estado para influir sobre la distribución relativa de fuerza. La política, por tanto, se deriva del poder. Un político no debe ser un hombre de la ética cristiana verdadera, entendida por Weber como la ética del Sermón de la Montaña, es decir, la de ofrecer la otra mejilla. Alguien partidario de tal ética debería ser considerado como un santo, ya que son únicamente los santos, según Weber, los que la siguen apropiadamente. El reino político no es un reino de santos. Un político ha de abrazar la ética del fin último y la de la responsabilidad, y debe sentir pasión por su advocación y ser capaz de distanciarse él mismo de la materia de sus esfuerzos (los gobernados).
Weber distinguía tres tipos puros de liderazgo político, dominación y autoridad:
· Dominación carismática (familiar y religiosa).
· Dominación tradicional (patriarcas, patrimonialismo, feudalismo)
· Dominación legal (ley y estado moderno, burocracia).
Según su punto de vista, cada relación histórica entre gobernantes y gobernados contiene elementos que pueden ser analizados en base a esta distinción tripartita. Además, afirma que la inestabilidad de la autoridad carismática inevitablemente la fuerza a rutinizarse en una forma más estructurada de autoridad. Del mismo modo, asegura que en un tipo puro de regla tradicional, una resistencia al maestro suficiente puede llevar a una revolución tradicional. Por ello, alude a un movimiento inevitable hacia una estructura racional-legal de la autoridad, utilizando una estructura burocrática. Así, esta teoría puede ser vista en ocasiones como una parte de la teoría social evolucionista.
Economía
A pesar de que Max Weber es reconocido hoy en día como uno de los fundadores de la sociología moderna, también tuvo un papel importante en el campo de la economía.
Desde el punto de vista de los economistas, Weber es el representante de la escuela de economía alemana histórica más joven. Sus contribuciones más valoradas en este campo es su trabajo La ética protestante y el espíritu del capitalismo.
Max Weber formuló una teoría de tres componentes de estratificación, cuyos componentes conceptuales: son una clase social (se basa en la relación con el mercado determinada económicamente), un status social (se basa en calidades no económicas, como el honor, el prestigio y la religión y un partido político (referencia a las afiliaciones de carácter político). Estas tres dimensiones tienen consecuencias en lo que Weber denominó oportunidades vitales.
Max Weber afirma que las ciencias sociales son "el conjunto de disciplinas racionales con respecto a un fin, que estudian los hechos sociales en su génesis, en su evolución y en su sistema". También las ciencias culturales: su fin es el estudio de los objetos culturales. Así como la naturaleza del ser y la evolución de la vida dentro de la sociedad.